DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA HOMOFOBIA

Querida/os amiga/os que visitan mi blog, no he posteado nada desde hace algunos días ya que he estado en Argentina, y acabo de regresar cargada de emociones diversas. En breve colgaré una crónica del Segundo Congreso Feminista Internacional que se celebró en Buenos entre el 19 y 22 de mayo, pero antes quería compartir algunas impresiones sobre los diversos actos que se realizaron, tanto aquí en España como allí, para celebrar el Día Internacional Contra la LGTBfobia.

Originalmente denominado el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, esta efeméride se viene celebrando cada 17 de mayo para conmemorar la fecha en que, en el año 1990, la OMS (Organización Mundial de la Salud) eliminó la homosexualidad de las listas de enfermedades mentales. Sí, hasta entonces éramos considerados como enferma/os... A pesar de haber avanzado mucho en el largo y penoso camino para lograr los mismos derechos que cualquier ciudadana/o, en alrededor de 80 países la homosexualidad es aún criminalizada, y en 7 países la pena de muerte puede ser aplicada. Todas y todos hemos sufrido ataques verbales alguna vez en nuestra vida por nuestra opción sexual, y en muchos países las discriminaciones y agresiones físicas siguen estando a la orden del día, sobre todo si hablamos de las personas transexuales y de las lesbianas.
En Madrid, Arcópoli y COGAM realizaron un acto lúdico y reivindicativo que visibilizó la lucha contra la homofobia y la transfobia, con una marcha que al ritmo de batukada inundó de colores las calles alrededor de la céntrica Puerta del Sol hasta la Plaza de Tirso de Molina. En la plaza, tras la lectura del manifiesto por el Gran Wyoming, se convocó una besada pública para reivindicar nuestro espacio en la sociedad.
En Buenos Aires, la Legislatura porteña también se unió a la celebración de esta fecha, con una sesión simbólica en la que la sala de plenos se llenó de activistas LGTB y simpatizantes de diversos colectivos. El acto, organizado y presidido por las diputadas Diana Maffía (Presidenta de la Comisión de la Mujer) y Gabriela Alegre (Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos), fue una maratón de voces diversas que durante cinco horas expusieron sus esfuerzos, estrategias y demandas para seguir luchando contra la discriminación.

De Izq. a Derecha: Aluminé Moreno, Diana Maffía, Gabriela Alegre y Virginia Méndez

Alrededor de 45 ponentes ocuparon los escaños y dispusieron de tan sólo tres minutos para exponer sus reivindicaciones. Voces jóvenes y feministas, como la de Mariela Acevedo del colectivo Desobediencia y Felicidad, o la de Varones Antipatriarcales que organizan talleres para discutir la trata y la prostitución.

Mariela Acevedo de Desobediencia y Felicidad

Voces de los y las que llevan años luchando como la de César Cigliutti, fundador de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina), que rindió homenaje a Carlos Jáuregui y Nadia Echazú. María Rachid, de la Federación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FALGBT), quien aludió al debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, que recientemente fue aprobado por la Cámara de Diputados, y que en breve se debatirá en el Senado. Según Rachid "El tema del matrimonio no es nuestro objetivo final, pero es una herramienta eficaz para alcanzar la igualdad jurídica, fundamental para conseguir la igualdad social." Una de las voces para mí más conmovedoras, fue la de Norma Castillo, quien recientemente contrajo matrimonio con su pareja de toda la vida.

Fueron muchas voces desde distintos ámbitos, pero me gustaría terminar esta breve nota aludiendo al discurso de Sonia Gonorazky, de la revista Baruyera, quien reivindicó la visibilidad como arma de lucha:
"¿Qué proyectos de ley traería a la legislatura si tuviera la posibildad de hacerlo? Propondría promulgar una ley por la que a partir de hoy todos los 17 de mayo, los 28 de junio, los 7 de marzo y todos los días que resulte necesario, se embanderen todos los edificios públicos con banderas enormes de arco iris eróticos, de géneros, de sexos y de vidas, arco iris de piel, socioeconómicos, de edades, de voces." (....) "El fundamento de este pedido es que la visibilidad exagerada multiplicará las capacidades, los deseos y los ánimos de erradicar las convenciones sociales capciosas y dañinas. Hacer ver y poder ver no es una tarea pendiente de quienes nos cruzamos de vereda, sino de quienes no ven, no escuchan, no saben, no hablan. La visibilidad y la invisibilización, la nombralidad y el silencio, son dos caras de una moneda que podríamos con cierto esfuerzo convertir en el inútil redondel de una cucarda."


Que así sea Sonia, tanto la sesión simbólica en la Legislatura de Buenos Aires, como la marcha y besada en Madrid son importantes en la lucha para erradicar la discriminación a la que durante tantos años hemos estado expuesta/os. Pero así como en Madrid se hizo una marcha y una besada pública, en Buenos Aires pudimos celebrar una sesión en la que nuestras voces fueron atendidas pero dentro del espacio cerrado de un hemiciclo. Aunque la sala, y a pesar de las prohibiciones, se llenó de banderas arco iris, sólo las vimos las personas que estábamos dentro. Los peatones que pasaban fuera del edificio de la legislatura ni se enteraron que dentro de sus paredes se celebraba una sesión especial para conmemorar el Día de Lucha Contra la Discriminación por Orientación Sexual o Identidad de Género. En un mundo ideal, la combinación de los dos actos habría sido lo óptimo, ocupar el espacio institucional donde se debaten las leyes que nos afectan y ocupar las calles con nuestra presencia. Seguiremos soñando hasta que ese día llegue, sin olvidar que la transexualidad aún no ha sido eliminada de la lista de trastornos mentales.