Hola, bienvenid@ a mi blog. Aquí encontrarás algunos datos sobre mi trayectoria, mis libros, algunos poemas, crónicas, relatos, reseñas, entrevistas, fotografías, vídeos y también enlaces a algunas páginas donde han publicado mis poemas. Disfruta del recorrido y gracias por acompañarme.
Hello, welcome to my blog. Here you'll find some details about my books, some poems, short articles, short stories, reviews, interviews, photographs, videos and also links to some pages where my poems have been published. Enjoy the ride and thanks for sharing this space with me. (Please note that in the different pages I have stuff in Spanish and English. You can also check out the "Entries in English").
Estamos a mediados de julio, muchas personas han escapado del calor en busca del mar o de la montaña. Por razones que no vienen a cuento, yo me encuentro en Madrid, soportando las altas temperaturas y pasando la mitad de las noches en vela. Es imposible dormir... pero anoche tuve una cita especial. De esas que perduran en la memoria durante un largo tiempo. Bajo las estrellas nos fuimos reuniendo muchas personas de diferentes generaciones. Muchos rondaban los cincuenta, pero también acudían algunas personas jovencitas, que aún no habían nacido cuando Patti Smith irrumpió en nuestras vidas.
Esta gran cantante, poeta, fotógrafa y activista, nacida hace 64 años en Chicago, aún conserva la misma energía y desparpajo que nos entusiasmó hace más de treinta años. Anoche, y durante dos horas en el escenario, nos contagió con un increíble derroche de vitalidad, rebeldía y sencillez. Al volver a verla recordé cuando una profesora de inglés para inmigrantes, alrededor del 1978, me dejó un par de discos y un par de libros que pensó que me podrían interesar. Esa profesora, Sally Ford, saxofonista de noche y profesora de día, marcó positivamente mi adolescencia, así como lo hicieron los vinilos y libros que me prestó (entre las autoras y cantantes figuraban Kate Millett y por supuesto Patti Smith).
Patti Smith, conocida como la “madrina del punk rock”, debutó con un inolvidable álbum titulado “Horses” (1975). Para una adolescente como yo, que odiaba tener que ponerse una ridícula faldita plisada (uniforme obligado de mi escuela), quedé admirada al ver en la portada del álbum a una joven delgada, desaliñada, vestida de chico, con una mirada desafiante y cierto halo misterioso. De inmediato me hice admiradora de su música y a lo largo de mi vida fui comprando algunos de sus discos: “Radio Ethiopia” (1976); “Easter” (1978), que contiene una de sus canciones más famosas – Because the night; “Wave” (1979) con canciones como Frederick o Dancing barefoot; “Dream of life” (1988), que incluye su hit “People have the power”. Tras una pausa de los estudios de grabación en 1996 Patti editó su disco “Gone again” que incluye un homenaje a Kurt Cobain; “Peace and noise” (1997); “Gung Ho” (2000); “Land 1975-2002”, una compilación de sus éxitos en un doble CD (2002); “Trampin” (2004); y “Twelve” (2007) entre otros.
A pesar de haber pasado más de treinta años desde que la escuché por primera vez, gocé al escuchar sus canciones, que interpretó con la misma energía y garra de antaño. Desde luego que no defraudó y con solo pisar el escenario se ganó al público que la escuchó entregado y coreó sus éxitos. Sobre todo cuando interpretó su legendaria canción “Because the night”, o sus canciones más rockeras como “Gloria” y “Rock ‘n’ Roll Nigger”.
Aunque conocida como líder de su banda, Patti Smith también es autora de varias obras de teatro y de diversos poemarios. Entre sus libros se encuentran: Seventh Heaven (1972), que incluye poemas en homenaje a la musa de Andy Warlhol, Edie Sedgwick, que falleció de una sobredosis, a los cantantes Bob Dylan y Marianne Faithfull, y a la aviadora Amelia Earlhart entre otras figuras; kodak (1972); A Useless Death (1972); Early Morning Dream (1972); Witt (1973), que ha sido traducido al francés , alemán y portugués; Ha! Ha! Houdini! (1977); Babel (1978); Woolgathering (1992); Early Work (1994); The Coral Sea (1996); Patti Smith Complete (1998); Strange Messenger (2003); Auguries of Innocence (2005); Land 250 (2008); Trois (2008); y recién editado este año, Just Kids (2010). Este último libro se trata de sus memorias y su relación con el fotógrafo Robert Mapplethorpe, publicado en castellano como Éramos unos niños (Lumen, 2010).
En el año 2008 el Museo Artium de Vitoria le rindió homenaje organizando una exposición de sus dibujos, poesías, fotografías y portadas de sus discos. Para coincidir con su visita, la editorial Bassarai Arte publicó su libro Poesía, con prólogo de Benjamín Prado y editado en vasco, castellano e inglés. Aquí un poema en versión bilingüe (lo siento.... no tengo la versión en euskera)
Bien Poco
todo el oro y la plata
pueden medir mi amor por ti
es tan material
Bien poco me has dado
bien poco tienes que decir
un tiempo precioso es lo que te has llevado
ojalá pudiera volver a encontrarte
qué puedo conseguir con estar a tu lado
bien poco puedo mostrar
yo el grifo tú el desagüe
bien poco he aprendido de ello
te di un reloj de pulsera tú
no querías ni darme la hora
me diste un recuerdo un recuerdo
es lo que eres para mí
el tiempo que pasa no tengo tiempo
de mirar atrás y lo sabes
pero tengo que hacerlo porque estás ahí
y yo estoy aquí tan azul
y dorada y plateada
pero tengo que hacerlo y lo hago
me río hasta que me enfermo
hasta que vomito hasta que escupo
hasta que meo hasta que cago
hasta que arrojo todo
lo que tengo que es
bien poco eres para mí
bien poco eres
no pienso mucho en ti
tengo poco que decirte pero
me gustaría encontrarte y darte
bien poco de mí
todo el oro y la plata
Precious Little
all the gold and silver can measure up my love for you its so material precious little you given me precious little you got to say precious time is what you've taken wish I could find you again what can it get me to stand by you
precious little I got to show for it
me as the faucet you as the drain
precious little I got to know for it
I gave you a wristwatch you
wouldn't even give me the time of day
you gave me a memory a memory
is what you are to me
times passing I got no time
to look back and you know it
but I got to cause you're there
and I'm here so blue
and gold and silver
but I got to and I do
I laugh til I'm sick
til I vomit til I spit
till I piss til I shit
till I puke up everything
I got which is
precious little is what you are to me
precious little is what you are
I don't think of you much
I got little to say still
I wish I could find you and give
you my precious little
all the gold and silver
(Copié este poema del blog del poeta Benjamín Prado)
Podría escribir mucho más sobre esta polifacética artista, porque como tantos personajes legendarios, ha llevado una vida rica en experiencias que ocuparía cientos de páginas de un libro. Sólo puedo limitarme a destacar su obra como compositora, poeta, artista visual y como activista. Porque como bien ilustraba la portada de su primer disco “Horses”, fue y sigue siendo esa mujer valiente y desafiante que no acepta cualquier cosa. Sigue creyendo en la humanidad y en la madre naturaleza, sigue siendo una firme defensora de los derechos humanos y jamás se ha callado ante los abusos bélicos del siglo XX y el que acaba de comenzar: la guerra del Vietnam, la invasión norteamericana de Irak, las cárceles ilegales de Guantánamo, los ataques israelíes sobre el pueblo palestino, y muchas otras causas. Porque como bien decía en una de sus canciones “People have the power”.
Les dejo con dos de sus hits más rockeros – Gloria y Rock 'n' Roll Nigger – que hicieron ponerse en pie a todo el público para despedir una noche de pasión, rebeldía y nostalgia de cuando yo era una joven punk que vivía en un barrio obrero de Melbourne...
Es con emoción que escribo esta entrada, Argentina se acaba de convertir en el primer país latinoamericano en aprobar los matrimonios de personas del mismo sexo. Celebro y comparto mi alegría con todas aquellas personas que durante años han luchado por conseguir un derecho que hasta ahora se nos había negado. Como miembros de esta sociedad, todos y todas exigimos los mismos derechos, basta ya de que nos traten como ciudadanos y ciudadanas de segunda clase.
Ayer miércoles 14 de julio, en la ciudad porteña, y a pesar de las bajas temperaturas, miles de personas se congregaron en frente del Congreso para seguir las más de 14 horas de debate. Algunas optaron por seguir las votaciones en el Senado en cafeterías, y sin duda muchos amigos y amigas siguieron la sesión desde sus casas. Tras un acalorado debate, el proyecto fue aprobado por 33 votos a favor y 27 en contra, y tres abstenciones.
Me habría gustado haber estado allí compartiendo ese momento histórico, haber podido abrazar a toda esa gente que saltaba de alegría o que se fundía en emotivos abrazos. Recuerdo aún cuando en el año 2005 el gobierno socialista de España aprobó la ley que permitía a las parejas del mismo sexo tener el mismo derecho que los heterosexuales a casarse, divorciarse y adoptar hijos. Muchos y muchas nos alegramos con aquella noticia, era un paso más hacia la igualdad y además nos llenaba de orgullo convertirnos en el tercer país europeo que por fin reconocía nuestros derechos como ciudadanos y ciudadanas de primera. Seguíamos la estela de Holanda que aprobó la ley en el 2001 y Bélgica en el 2003.
Como era de esperar, en España esta propuesta provocó una fuerte indignación por los sectores más reaccionarios y parte de la Iglesia Católica, cuyo portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, no perdió tiempo en advertir sobre el riesgo de “implantar un virus en la sociedad”... Lo mismo ha ocurrido en Argentina donde las jerarquías eclesiásticas se han opuesto férreamente a este avance. Pero sí, el mundo avanza, hacia la libertad y la igualdad y no habrá vuelta atrás.
Aunque todavía existan las mentalidades de la oscura época del medioevo, poco a poco se están quedando solos. Recuerdo los tres argumentos fundamentales que se esgrimieron durante el proceso en España: (1) que va en contra de la naturaleza, (2) que se condena en las santas escrituras y (3) que su aceptación arruinará a la sociedad. Resulta curioso que estos tres argumentos fueran los mismos que esgrimían los que apoyaban la esclavitud y la segregación racial en América y los que se oponían a que las mujeres votaran. Como bien explica, en un excelente artículo, el Dr. Kenneth Cauthen, especialista en religión y ética, los que estaban a favor de la segregación racial predecían todo tipo de catástrofes si personas de diferente color se sentaban juntos o iban a las mismas escuelas, y ni hablar de si se formaban parejas interraciales. Lo mismo se decía si las mujeres obtenían el derecho a votar, a trabajar fuera del hogar, si se atrevían a aceptar puestos tradicionalmente ejercidos por los hombres. Éstos proclamaban que la separación de las razas era natural y por orden divino, y que el sitio de la mujer estaba por debajo del hombre. Hoy en día nadie se atrevería a decir estas cosas (aunque algunos todavía lo piensan). También resulta increíble descubrir que en Estados Unidos los afro-americanos no tenían derecho a casarse hasta el final de la Guerra Civil Norteamericana. Y más increíble aún pensar, que en la tierra de la “democracia”, las parejas interraciales no pudieron casarse hasta 1967.
La civilización avanza, y el grado de civilización de cualquier Estado se refleja en la igualdad de derechos que gozan sus ciudadanos y ciudadanas. No tiene porque importar su opción sexual, que al fin y al cabo es algo íntimo que en definitiva no impide que ningún o ninguna ciudadano/a cumpla tanto con sus derechos como sus obligaciones. Algunos dirán que no se puede comparar la segregación racial o la desigualdad por razón de sexo con la homosexualidad, pero todos estos temas tienen algo en común: la opresión. La esclavitud y segregación racial, la subordinación de la mujer, y la persecución de los homosexuales y lesbianas se parecen en que a todos se les niega su dignidad, su igualdad y sobre todo, se les niega ejercer plenos derechos como cualquier ciudadano.
Ya es hora de que la sociedad avance, la humanidad avanza a pasitos pequeños, pero lo que antes nos parecía imposible hoy puede ser una realidad. Todos los seres humanos, según lo establece la Carta de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, somos iguales. Es necesario pues que tengamos todos y todas los mismos derechos ante la ley. Ya es hora de acabar con siglos de opresión.
Argentina hoy ha dado un gran paso en la lucha contra la discriminación. La aprobación de la ley de parejas del mismo sexo es un logro para las futuras generaciones y es también un homenaje a todas las personas que han sufrido por su opción sexual, a los casi 10,000 homosexuales asesinados por el régimen hitleriano, a los miles de encarcelados y torturados en cárceles del Líbano, Egipto, Arabia Saudita y a todos los homosexuales que sufrieron prisión y persecución en España durante la época franquista. Un homenaje a los miles de adolescentes que cada año se suicidan en diversas partes del mundo porque no tienen a quien acudir, desde Australia a los Estados Unidos, los supuestos países avanzados del mundo.
Hoy Argentina ha dado un gran ejemplo a los países vecinos que sin duda tendrán que abordar el tema, porque como bien sabemos, “estamos en todas partes”. Esperemos que muchas otras naciones sigan sus pasos para convertir ese añorado continente, en un continente más justo para toda su ciudadanía, donde todos y todas podamos vivir y amar en completa igualdad y libertad.
Aquí les dejo un vídeo de cómo se vivió en la calle el resultado de la votación.
Para más información, fotos y vídeos de este día histórico visita la página de Insurrectas y Punto, pinchando en este enlace: Insurrectas y Punto
Estos días ha resultado difícil mantenerse ajena al mundial de fútbol que está por concluir. El miércoles la selección española pasó a las finales. Comparto una breve carta que escribí esa noche y que envié a la sección de Cartas al Director, del periódico Público, y que hoy publicaron. También aprovecho para animar a todo el mundo a que compren este periódico, por ser uno de los pocos que, desde sus inicios, no acepta anuncios de prostitución.
A la integración ciudadana por la emoción del fútbol
No suelo seguir el fútbol, pero hoy me emocioné con el partido de semifinales. Ganó España y, en mi barrio de Lavapiés, en Madrid, al final del partido las calles se llenaron de colores y ritmos de tambores africanos. Hombres y mujeres de diversos países coreaban "España, España" y hacían sonar sus trompetas celebrando el triunfo de su tierra adoptiva.
Hoy no tenían que esconderse de las redadas policiales tan comunes en nuestro barrio, hoy nadie les pidió sus papeles y pudieron sentirse libres para gozar del momento.
Sí, me emocionó, y lo escribo para que después nadie diga que son ellos, los extranjeros, los que no saben integrarse. Esta noche dieron un buen ejemplo de esa integración que ellos y ellas sueñan con conseguir algún día. Y, por un día, ningún uniformado los acorraló con malos modos ni desprecio.