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Durante varios días compartimos idas y venidas y soportamos estoicamente la ola de calor que azotó Rumania durante la XV edición del Festival Internacional de Poesía de Curtea de Argeş, organizado por la Academia Internacional Oriente-Occidente. Viajamos horas en autobuses para acercarnos a otros pueblos y a Bucarest desde Curtea de Argeş donde nos alojamos, y supimos hacerlo con una sonrisa y un profundo sentido de compañerismo.
Ahora me toca preparar las maletas nuevamente, pero esta vez en vez de libros, mi equipaje irá cargado de recuerdos, de alguna anécdota divertida, de algún momento de risas y vino, del recuerdo de aquellas noches en que compartíamos nuestras cultura a través del canto.
Agradezco el esfuerzo de nuestros anfitriones, los poetas Dimitru Ion y su esposa Carolina Ilica. Sé que no éramos un grupo fácil de satisfacer, pero al final creo que todos hemos vuelto a casa felices. Gracias a cada uno y una de las personas que participaron en el festival, tanto a los y las poetas que vinieron desde otros países, como al talento local.
Gracias a Mustafa, que amenizó nuestras cenas con su guitarra y nos inmortalizó con sus caricaturas; a Şerban, el joven traductor que nos cuidó como si fuésemos sus hermanos y hermanas. A Cristian, el periodista que no le temía a la palabra “feminismo” y que tuvo la amabilidad de regalarme dos libros de escritores rumanos. A Marian, el bibliotecario con alma de poeta; a Lana, la joven poeta que nos acompañó todos los días; a Arif y Umut por sus canciones; a Florian que filmó cada paso que dimos.
Gracias a Mindy por su espontaneidad y su poesía; a Julio y Annabel por compartir sueños y recuerdos de aquel continente que dejamos atrás en los setenta; a Francoise, compañera de El Salvador y que este año logró el Premio internacional de Poesía; al joven de corazón valiente, Emad. Gracias a Fatma y Nasser de Omán, que me acercaron a su cultura y los sueños de la juventud de su país; a Samatha y Firas, por su amabilidad y sonrisas. Gracias por los abrazos y alegría al dúo de Québec, Isabelle y Nora; un abrazo a Vladimir e Ivan, compañeros de viaje y de sonrisas; gracias a Iurii Talvet y Peter, por su caballerosidad; un abrazo a Jerky, con quien compartí muchos cigarrillos y risas; una sonrisa para Ye Si, interlocutor atento y con un gran sentido del humor. Gracias por esos paseos tranquilos a Ranko que tuvo que abandonar el festival un día antes de lo previsto. Gracias a Dolan por la complicidad, y aunque no pudimos hablar por la falta de un lenguaje en común, gracias por las sonrisas compartidas a Roza, Stevan, a Gheorghe. Y gracias al camarada Iurii de Ucrania por sus canciones y a Vladas, que siempre andaba al acecho con su cámara. No sólo era un buen fotógrafo, también lo felicito por lograr el Premio al mejor poeta europeo.
Seguramente se me quedarán muchos nombres y muchos agradecimientos en el tintero, pero no quiero marcharme sin dejar este pequeño montaje para que todos y todas recordemos esos días solidarios. Y para que ustedes, queridos y queridas visitantes, puedan compartir la experiencia.
Un abrazo y hasta agosto. Cuando regrese y mis compañeros de viaje me hayan enviado alguna fotito en la que salga yo leyendo tal vez haga otro montaje...