11 de septiembre de 1973
Yo vi
Buitres lanzando bombas sobre la Moneda
mancillando la ilusión del pueblo
ensangrentando las alamedas
Yo vi
Títeres disfrazados de falsas primaveras
apostados en los tejados
disparando sobre el pueblo que corría por las
aceras
Yo vi
A mi padre pedaleando en una bicicleta rota
camino a casa con el corazón destrozado
como el de sus compañeros en la derrota
Yo vi
A mi madre en lágrimas cosiendo a escondidas
para seguir manteniéndonos
con algunas de sus clientas
exiliadas
desaparecidas
Yo escuché
Las ráfagas de madrugada
las botas del enemigo que cada puerta
acechaban
mientras las casas de los traidores
emergían
abanderadas
Yo vi
Mi hogar desaparecer en cuatro maletas
desvencijadas
mis amigas
mis
libros
mi infancia
todo se esfumaba mientras mi país se
desangraba
Yo vi
Aquella enorme nave que surcaría los cielos
los ojos llorosos
los
pañuelos
y jamás volví a pisar lo que fue mi pueblo
Yo vi
Y aunque quedara ciega
nadie borrará jamás
el horror que ese día
hizo su nido en mi pecho
Aquí dejo un vídeo que hice el año pasado en estas fechas y que titulé "El otro 11 de septiembre"...
Aquí dejo un vídeo que hice el año pasado en estas fechas y que titulé "El otro 11 de septiembre"...
Gracias niña preciosa. Sé que el dolor anidó por siempre en tu pecho pero tus ojos, tu mente y tu corazón no se cerraron. No pudieron contigo y aquí estás, hermosa, sabia y tan querible. Sigue caminando tesoro, tus pasos y tus palabras maravillosas nos ayudan a ser mejores. Te quiero mucho mi amiga querida y estoy tan orgullosa de contarme entre las personas que quieres. Un beso grande, sin lágrimas, con tristeza pero con fuerza y amor.
ResponderEliminarSilvia kerida!!
ResponderEliminartus palabras son emocionantes.
ese golpe, q sigue latiendo, nos duele a tantxs más allá de las fronteras q otras personas inventaron.
11 abrazos y 73 besos que renuevan energías
Es un poema escrito desde el corazón y vuela directo al mío.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Silvia. Hoy sin odios, porque nunca los tuvimos, pero con memoria, siempre surge la figura del compañero Salvador. Él sigue y seguirá vivo por su consecuencia, por su hombría, por su compromiso
ResponderEliminarA SALVADOR ALLENDE G.
Hay un fresco valle que lleva al mar
y una cordillera que al cielo va
entre cerros de pino. balcones y sal
tu cuna fue Valparaíso.
Entre duros cerros eterno el mar
soñando justicia libre en libertad
marinero eterno valiente y leal
tu palabra juega hoy con el viento.
Centinela hermoso tu revolución
se incrustó en los Andes de la Nación
y tu araucana sangre floreció
manantiales de dulce esperanza...
La belleza del poema no oculta aquel trágico día, ni la emoción del momento en que lo escribiste, ni el recuerdo que quedará grabado en tu mente toda la vida. Entonces me solidaricé con los chilenos que habían luchado por la libertad y la democracia: mi solidaridad permanece viva. Un abrazo, querida Silvia.
ResponderEliminarSilvia, no hay consuelo para tanta barbarie, tantas vidas, infancias, la tuya y las ilusiones robadas, la infamia y la insaciabilidad del capitalismo fascista no tiene limites.El paso de los años, tu fuerza y coraje te mantienen fuerte y solidaria, el dolor lo tendrás siempre en tu alma, nunca se pueden olvidar tantas vivencias tan espantosas. No se si la solidaridad consuela, la mía fue, es y sera eterna, besos.
ResponderEliminarhermoso! un canto de lucha para la eternidad.
ResponderEliminarMuy bueno, Silvia. Aunque son desesperantes esos recuerdos, contados con una lucidez ingegua, casi de niña, relatas bien lo que acontecía y cómo afectaria de por vida a las víctimas mas directas. Muy buneno poder resumir en unos versos e dilema de una existenccia.
ResponderEliminarUn abrazo, Marta
Maravilloso testimonio de aquella masacre injusta e inhumana. Gracias por compartir con nosotros tus recuerdos de infancia, por el valor de la autenticidad, por el de tus palabras, por el aliento que nos da para seguir la marcha. Un abrazo, Silvia, luchadora sin tregua.
ResponderEliminarMe has dejado el corazón en un puño.
ResponderEliminar¿Hasta cuando tanta barbarie?
Un abrazo